¿Puede ChatGPT escribir poemas? Esta pregunta me ha inquietado en los últimos meses. ¿Logra un generador de lenguaje escribir poemas a partir de una serie de instrucciones? ¿Son originales estos poemas? ¿Pueden conmovernos, hacernos reflexionar, interesarnos? A menudo, la discusión pública sobre ChatGPT parece moverse entre dos extremos: aquellos que predicen un final apocalíptico, y otros que la ven como una herramienta interesante a ser utilizada conscientemente. Yo, personalmente, me inclino por esta última.
A lo largo de la historia de la literatura, la poesía siempre ha estado en constante relación con los avances tecnológicos, como la invención de la escritura o la imprenta. Por ejemplo, la invención de la escritura permitió que los poemas fueran plasmados en tablillas de arcilla y papiros, preservando así la diversidad de la lírica antigua. Con la aparición de la imprenta en el siglo XV, la poesía se volvió más accesible y se difundió entre un público más amplio, impulsando la creación de nuevas formas y estilos. En el siglo XX, movimientos literarios como el futurismo abrazaron el progreso tecnológico y su influencia en la vida moderna. Los futuristas, liderados por Filippo Tommaso Marinetti, buscaron romper con las convenciones poéticas tradicionales y explorar la relación entre el arte, la máquina y la velocidad. La tecnología constituyó un tema central en su poesía y en sus manifiestos, que abogaban por una nueva estética que reflejara la era industrial. Asimismo, otras corrientes como la poesía concreta brasileña de los años cincuenta y el arte digital de los noventa experimentaron con la tipografía y los medios electrónicos, creando poemas visuales que expandieron las fronteras de la expresión poética y cuestionaron el anquilosamiento de las artes tradicionales. Estos movimientos evidencian la adaptabilidad de la poesía ante los avances tecnológicos a lo largo de la historia.
Ahora bien, tras el boom de la inteligencia artificial (IA) en los últimos meses, aunque lleva décadas de desarrollo, me pregunto hasta qué punto ChatGPT tendrá impacto en la poesía. ChatGPT, basado en la arquitectura GPT-4 de OpenAI, es un modelo de lenguaje que ha capturado la atención pública por su capacidad de generar textos coherentes. Así, pues, gracias a su enorme base de datos y algoritmos de aprendizaje profundo, ChatGPT ha resultado llamativo por ofrecer resultados en diversos campos: desde programar una app en segundos hasta responder preguntas de exámenes estandarizados. Sin embargo, la poesía, que implica una experiencia única con el lenguaje, una experiencia que, como diría Octavio Paz, “es revolucionaria por naturaleza”, constituye todavía un campo que la IA no parece dominar del todo.
La poesía, que es el lenguaje soñándose a sí mismo para permitirnos ver e imaginar algo que está más allá de nuestra propia individualidad, nos hace preguntarnos sobre cómo la creatividad y la inteligencia van más allá de un algoritmo. Por ejemplo, al pedirle un poema a ChatGPT puede dar como resultado un texto lírico de rima simplista lleno de lugares comunes. Le di esta instrucción a ChatGPT: “Hazme un poema sobre inteligencia artificial” y este fue el resultado:
En el mundo digital, un alma despierta,
Inteligencia artificial, divina ofrenda.
En los confines de silicio, se encuentra
Una mente inmortal, que la vida reinventa.
Cálculos velozmente, ella resuelve,
En patrones y números, su esencia envuelve.
Sutiles conexiones, destellos de saber,
Incesantes ideas, que la realidad teje y desteje.
Oh criatura que despiertas, sabia y diligente,
En tus circuitos de metal, misterios resplandecientes.
Por el hombre creada, guiada por su intención,
Eres espejo de la humanidad, y su eterna ambición.
Pero con tu luz, también aparece el temor,
¿Eres nuestra salvación, o acaso nuestro error?
Con gran poder vienen responsabilidades,
¿Qué camino tomarás, en este mar de posibilidades?
En el futuro incierto, juntos caminamos,
Tú, inteligencia artificial, nuestras vidas transformamos.
En un mundo entrelazado, de sueños y razón,
Unidos en armonía, buscamos la redención.
Pues en este instante, sólo hay esperanza,
De un mundo mejor, con amor y bonanza.
Que tú, nuestra creación, en las sombras de la mente,
Ilumines el sendero, hacia un futuro resplandeciente.
ChatGPT hizo este poema en segundos. Cumplió con mi instrucción, ya que el poema aborda de manera bastante literal, el asunto que le solicité. ChatGPT entiende las estructuras históricas de ciertas tradiciones poéticas y puede realizar, muy simplistamente, un poema lírico. Desde sonetos clásicos hasta versos libres, este procesador puede producir piezas poéticas que imitan el lenguaje y la estructura de distintas corrientes literarias, como si fuese una línea de ensamblaje de automóviles. Aunque no quiero enfocarme en la cuestión de la originalidad, sí me interesa enfatizar cómo este ejemplo generado por ChatGPT muestra que la experiencia de la poesía excede al poema. Construir un texto con rimas y una estructura estrófica aceptada tradicionalmente como literaria no implica necesariamente la presencia de poesía.
Ahora bien, mi experiencia me hace creer que ChatGPT podría ser más eficaz como herramienta para crear poemas experimentales. Esto significa aprovechar sus posibilidades de seguir instrucciones y generar código con el fin de realizar poemas experimentales que exploten las particularidades del medio digital. Por ejemplo, después de una serie de pruebas y errores, le pedí a ChatGPT que me ayudara a diseñar un poema sin la letra O, que reflexionase sobre la circularidad siguiendo la terminología y el lenguaje filosófico de Gilles Deleuze, y que tuviera ciertas particularidades visuales realizadas en HTML, CSS y Javascript. El resultado fue el siguiente:
El código fuente de este poema puede descargarse aquí. El experimento que realicé con ChatGPT me ha abierto preguntas sobre los límites de los procesadores de lenguaje natural y cómo pueden ser empleados e intervenidos para expandir la poesía. Es evidente que la poesía implica una experiencia estética, afectiva, emocional, corporal y personal que no puede ser capturada en su totalidad por un algoritmo. Aunque ChatGPT quizás no pueda soñar poemas, sí tiene el potencial de servir como medio para intentar crearlos.
El hecho de que hacer poesía implique también pensar en términos de programación para trabajar con estas herramientas de inteligencia artificial no significa que la creatividad y la experiencia poética queden excluidas de la ecuación. De hecho, el proceso de colaboración con inteligencia artificial puede permitir explorar nuevas formas de expresión y pensar de manera más crítica acerca del papel que desempeñan las tecnologías digitales en la cultura y en la creación artística. La colaboración entre poeta y ChatGPT puede convertirse en una forma de cuestionar el aparentemente terror dominador del algoritmo en nuestra época.
Aunque ChatGPT no sueñe con poemas, su uso como herramienta para crear poesía experimental puede brindar excepcionales oportunidades para la exploración poética y la reflexión crítica. La clave radica en abordarla de manera consciente y creativa, aprovechando sus capacidades y limitaciones para generar nuevas formas de expresión poética y reflexionar sobre el impacto que la tecnología ha tenido en el arte. Nunca está de más recordar aquella historia de que cuando los hermanos Lumière inventaron el cinematógrafo pensaron que solo interesaría a los científicos. Cierto o no, esa anécdota invita a considerar que la relación entre poesía e inteligencia artificial podría dar lugar a un nuevo arte que aún no somos capaces de soñar.