Para quienes estudiaron leyes en la Universidad de Chile por los años 2006-2011, esta película les puede sonar conocida. Estaba por terminar el año 2009 y Gonzalo Winter postulaba a la presidencia del Centro de Estudiantes de Derecho para suceder a su amigo Gabriel Boric. Este año, en las elecciones presidenciales para el período 2026-2030, la historia se vuelve a repetir.
Winter perdió esa elección. No pudo suceder a su compañero y vio a los demás candidatos desde el último lugar, con la misma resiliencia de sus años de atleta cuando el triunfo le era esquivo. Nadar contra la corriente no es cosa nueva para él, partiendo por casa. Rompió con la tradición demócrata cristiana de su familia cuando decidió sumarse a las filas del Movimiento Autonomista, la Izquierda Autónoma, el Colectivo Arrebol y, finalmente, el Frente Amplio.
Aquella postulación no fue su primera candidatura estudiantil. Siendo escolar buscó la presidencia del Centro de Alumnos de su colegio, pero no fue elegido por sus compañeros, debido a su temprana disidencia ideológica, disfrazada de rebeldía. El cargo quedó en manos de quien representaba el espíritu más tradicional del Verbo Divino, colegio de hombres, privado, católico. Esos votantes esquivos dedicaron palabras para él en el anuario del colegio: “lo que nunca se vió (a él) siendo el presidente del CAA.»
Si la presidencia ha sido una frustración constante, esta candidatura a la Moneda podría ser la gran revancha de su vida. Está convencido de que el panorama esta vez será distinto. Es que todo parece parte de un ritual de manifestación, cada vez que afirma, con mucha convicción, ante cualquier entrevistador, que él será el próximo presidente de Chile. Seducido por la idea de que la suerte estará de su lado, como en su primera elección parlamentaria, cuando, a pesar de estar entre los menos votados, con un 1,2% de los escrutinios, se quedó con la diputación del distrito Nº10 gracias al arrastre de Giorgio Jackson. Su prematuro interés por la política lo han llevado a convertirse en uno de los protagonista del recambio de actores políticos que ha tenido Chile los últimos años y a hoy, ser el candidato presidencial más joven.
Durante sus años como funcionario público se ha visto involucrado en distintas controversias, especialmente este año, que la atención de los medios ha estado puesta sobre él y el resto de los candidatos y candidatas. En abril del 2025, el diario La Segunda dio por perdida su tesis sobre la implementación de la educación primaria obligatoria. Según el medio no se encontraba en el repositorio de la Universidad de Chile, aunque horas después su trabajo de grado estaba disponible para todo el mundo en la plataforma del plantel. Semanas después, en mayo, Mega lo involucró, mediante un reportaje, en el caso de corrupción Sierra Bella. Ante esta situación Winter presentó una denuncia al CNTV contra el canal.
Por otro lado, el candidato ha dado a conocer sus opiniones sobre distintos temas. Como cuando en marzo de 2024 se mostró a favor de expulsar al embajador de Israel en medio del conflicto bélico que protagoniza el país. Actualmente sigue a favor de cortar relaciones con este.
Con Gabriel Boric la amistad es puertas adentro. En los pasillos de la Universidad de Chile es donde nació su compañerismo y posterior alianza política. Podían haberse conocido antes, en aquel colegio de hombres del sector oriente de Santiago o en ese colegio británico en el fin del mundo, donde estudió el presidente. Pero la vida tenía otros planes para su amistad, la cual ha estado marcada por la política, los movimientos estudiantiles, las causas sociales y el anhelo por la presidencia.
Y aunque Gonzalo Winter fue un pilar fundamental en la campaña del actual mandatario haciendo trabajo territorial en Punta Arenas, hoy su amigo no puede devolverle la mano. El principio de presindencia obliga al presidente y las demás autoridades en ejercicio no mostrar apoyo por ningún candidato públicamente. Es por esto que Winter ha recurrido a otras personas para que lo acompañen en este camino. Son personajes como Macarena Ripamonti, Beatriz Sánchez, Gael Yoemans – jefa de campaña – las que han aportado popularidad y experiencia electoral a su campaña.
El último tiempo para Gonzalo Winter ha sido más de victorias, que de derrotas. En 2021 logró dar vuelta aquel resultado de su primera elección parlamentaria y en sus segundas elecciones fue el tercer diputado más votado. En diciembre de 2024 se convirtió en padre por primera vez. Manuel Alfredo, su hijo, nació en una casa donde se respira Frente Amplio. Cuatro meses después el comité central del partido lo proclamó candidato presidencial con 108 votos a favor y ninguno en contra.
Y aunque en un principio el Frente Amplio tenía otros planes y nombres como de Tomás Vodanovic resonaban en las respuestas espontáneas de la gente, Winter ha podido sobrellevar el peso de la expectativa. Sus resultados en las encuestas CADEM no son tan buenos como los que tuvo el alcalde de Maipú en su momento, pero parece generar el mismo efecto en la gente cuando viste de traje, donde se hace notar el afamado «voto hormonal.»
La campaña de Winter inició con el acto solemne de ponerse la corbata. Ahora camina por las calles sin Charly García o Fito Páez en los audífonos para sentarse a escuchar las inquietudes de la gente y luego plasmarlas en su programa de gobierno, el cual reúne propuestas sobre economía, educación, salud, seguridad, vivienda y la creciente crisis de natalidad. Renunció a su dieta parlamentaria, su única fuente de ingresos, durante el periodo de campaña. Y ahora su única dieta se basa en las empanadas, el pescado frito de la costa chilena y los completos decorados con su apellido escrito con ketchup, que le dan de probar en su gira por las distintas regiones de Chile.
