¿Por qué el sistema electoral en Chile es tan confiable?

¿Por qué el sistema electoral en Chile es tan confiable?

En América Latina no siempre las elecciones son vistas con tranquilidad. En Venezuela por ejemplo, en 2024, hubo fuertes denuncias internacionales de fraude y los resultados fueron cuestionados. En ese escenario, Chile aparece como una excepción: desde afuera, sus procesos electorales se miran con respeto, confianza y hasta admiración.

Para entender por qué ocurre esto, conversamos con Pamela Figueroa, presidenta del directorio del Servicio Electoral de Chile (Servel), quien nos explicó cómo funciona el sistema electoral chileno y qué lo hace tan confiable.

Un miembro del Servel (Servicio Electoral) muestra cómo votar en un colegio electoral. MARTIN BERNETTI (AFP)

Una reputación bien ganada

“Chile es uno de los países a nivel regional y también mundial que tiene los más altos índices de integridad electoral. Junto con Canadá y Uruguay, estamos entre los tres países en las Américas con el mejor estándar en este tema”, cuenta Figueroa.

Esta confianza no se logra de un día para otro. Según explica, el proceso electoral es mucho más que ir a votar: “El proceso electoral es bastante más amplio y empieza desde que existe una normativa que dé garantías a todos los actores, hasta la preparación, la implementación y el conteo”.

El Servel es la institución que organiza y supervisa las elecciones en nuestro país. Existe desde 1925 y, salvo durante la dictadura, ha sido un actor fundamental para dar legitimidad a los procesos. En 2015, además, se convirtió en un organismo autónomo, lo que lo separa de los gobiernos de turno y le da mayor independencia.

Explica que “eso ha implicado una alta profesionalización de los equipos técnicos, la incorporación de un consejo directivo, y decisiones que se toman de manera colegiada. Todo esto fortalece la confianza en el sistema electoral”.

Modernización e inclusión

El sistema chileno también ha avanzado para ser más moderno y accesible. Entre las medidas recientes están:

  • Locales de votación más cercanos al domicilio de cada votante gracias a la georreferenciación.
  • Voto asistido para personas con alguna discapacidad.
  • Participación de chilenos en el extranjero.
  • Derecho a voto para personas privadas de libertad que no estén inhabilitadas.

Todas estas medidas han contribuido a fortalecer la confianza de la ciudadanía y de los distintos actores en el proceso electoral”, asegura la presidenta del Servel.

Transparencia

En Chile el voto sigue siendo presencial y en urna, algo que genera mucha confianza en la gente. El procedimiento es claro: cada votante presenta su cédula, recibe un voto numerado, lo deposita en la urna y al final de la jornada se abre y se cuenta en público.

Cuando termina la votación, los vocales de mesa chequean que el número de votos coincida con las firmas y con los talonarios. Luego, comienzan a contar a viva voz y registran todo en actas”.

Pamela Figueroa, Presidenta Servel.

Las actas se envían al Tribunal Electoral y también se publican en la web del Servel para que cualquier persona pueda revisarlas. Esto asegura transparencia total y evita dudas sobre el resultado.

Resultados rápidos

Una de las fortalezas del sistema chileno es la rapidez con la que entrega resultados preliminares confiables. El Servel cuenta con un sistema de transmisión de datos que enlaza mesas y locales de votación, lo que permite publicar información en pocas horas.

“Nos demoramos casi un año en organizar una elección para dar todas las garantías. Por eso tenemos procesos íntegros y rápidos, incluso en contextos políticos de alta polarización” dice y agrega «esa rapidez y transparencia hace que todos los partidos reconozcan los resultados, algo poco común en la región».

Prestigio

Más allá de las instituciones, el sistema funciona gracias al compromiso de la gente. Los vocales de mesa, las juntas electorales, los colegios escrutadores y los propios votantes son piezas clave.

El servicio electoral cumple un rol muy relevante, pero la ciudadanía cumple otro rol muy importante. El compromiso de la ciudadanía es lo que da confianza al proceso”, subraya Figueroa.

Chile ha construido un sistema electoral sólido, transparente e inclusivo que combina instituciones fuertes, autonomía, profesionalización técnica y un alto compromiso ciudadano. Eso explica por qué, en un continente donde las elecciones muchas veces se ponen en duda, el modelo chileno es visto como un motivo de orgullo nacional y un ejemplo para la región.

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