Jeannette Jara, exministra del Trabajo y Previsión Social es la carta presidencial del Partido Comunista, donde milita desde los 14 años. Consecuente con el rol de la primera profesional de su familia, ha dedicado su vida profesional al sector público. Hija de un dirigente sindical y de una mujer dedicada al trabajo doméstico, la candidata habla permanentemente de la equidad como el principal desafío del Estado.
Su vida universitaria fue determinante en el trayecto político que siguió después. Estudió Administración Pública en la Universidad de Santiago de Chile, una de las más prestigiosas del país. Fueron años en los que hizo notar sus cualidades de liderazgo y empatía que la llevaron a convertirse en presidenta de la Federación de Estudiantes en 1997. Aranceles diferenciados, gratuidad y justicia social fueron sus banderas de lucha. Cuando se tituló, optó por ir un paso más allá y se matriculó en la carrera de derecho en la Universidad Central, donde se graduó con mención en derecho tributario, área contable y financiera. Después volvió a su alma mater para cursar un magíster en gerencia y políticas públicas.
Siempre siguiendo una misma línea, el salto de Jeannette Jara a los cargos más importantes de su carrera, como jefa del gabinete del Ministerio de Desarrollo Social y subsecretaria de Previsión Social durante el segundo gobierno de Bachelet, y Ministra del Trabajo y Previsión Social bajo el gobierno de Gabriel Boric no sorprendieron a sus cercanos. A su última gestión se atribuyen logros como la ‘ley de las 40 horas’, ‘ley Karin’, el acuerdo por la reforma a las pensiones y un aumento sustancial del sueldo mínimo, quedando a la fecha en 529 mil pesos.
Jara ha hecho suyas demandas sociales que cobraron fuerza durante el Estallido Social de 2019, aunque moderando el discurso para no sumar detractores a los que ya cuestionan su militancia. Ha tenido que lidiar con un discurso anticomunista que se ha hecho sentir, incluso, en las filas del oficialismo.
Enfrentar este problema ha sido un desafío para la candidata, que la ha llevado a cultivar una performance de campaña similar a la de la expresidenta Michelle Bachelet. Asumiendo una imagen cercana, casi maternal, desmarcándose de figuras más resistidas como el exalcalde y excandidato presidencial Daniel Jadue, por quien abogó el presidente del Partido Comunista, Lautaro Carmona, para que Jara lo incluyera en su comando.
En un partido tradicionalmente reconocido por mantener posturas firmes y resistentes al cambio, esta candidata se ha destacado por su carácter dialogante y su capacidad para tender puentes con diversos sectores. Su sello es ser una hábil negociadora.
Una lección por aprender
Resiliencia es una palabra que define a Jeannette Jara. Hija de una empleada doméstica y de un mecánico y dirigente sindical; creció junto a sus cuatro hermanos en una casa son piso de tierra en Conchalí. Con apenas 19 años, y un espíritu rebelde que recuerda al de su partido, se casó pese a no contar con el apoyo de su madre. Solo dos años más tarde, mientras aún cursaba sus estudios universitarios, enfrentó de manera prematura la muerte de su marido.
La candidata ha logrado resguardar meticulosamente información sobre su vida privada durante años. Sin embargo, cuando el mundo público es tu verdadera vocación, se vuelve difícil mantener una vida privada. Ser madre soltera, dueña de casa, subsecretaria, ministra y ahora candidata, vuelve el separar las cosas un asunto profundamente delicado.
Su larga y acontecida carrera política, le ha enseñado a Jeannette Jara muchas cosas administrativas, lecciones de vida y del universo público. A pesar de todo esto, como todos los demás, ella aún tiene por aprender. En primarias, ese aprendizaje será encontrar su liderazgo en un sector con muchas almas: el oficialismo. Y si logra sortear esa elección, medirse con postulantes que tienen varias candidaturas en el cuerpo. «No hay que apurarse, será un paso a la vez», dicen sus cercanos.