Evelyn Matthei: buscando su centro

Evelyn Matthei: buscando su centro

Su apellido pesa. Para bien y para mal. Nació en Santiago en 1953, en una familia marcada por la dictadura y la transición. Su padre, Fernando Matthei, fue comandante en jefe de la Fuerza Aérea y miembro de la Junta Militar que gobernó tras el golpe de Estado de 1973. No fue un actor menor: estuvo entre quienes manejaban el país mientras muchos desaparecían. Pero también fue él quien, en 1988, reconoció la derrota de Pinochet en el plebiscito, facilitando la salida institucional del régimen. El poder que se impone y el poder que se rinde. Una doble narrativa presente en su vida.

Al terminar su formación en economía inició su carrera política, muy joven, en los noventas, al alero de la derecha conservadora. Fue diputada, senadora, ministra del Trabajo, y en 2013, cuando el oficialismo se quedó sin aspirante a la Moneda, se hizo candidata con la disciplina del soldado que no pregunta. Perdió.

La alcaldía de Providencia le dio otro tipo de tribuna. Esa figura le sirvió para relanzar su carrera presidencial, esta vez con una narrativa más dura: quiere recortar el gasto público en 600 millones de dólares, fusionar ministerios, bajar el impuesto corporativo del 27% al 18%, y entregar subsidios directos en lugar de programas sociales. «Con una buena tijera de podar, grande y rápida», ha dicho.

De su última aventura presidencial han pasado doce años y el país ha cambiado tanto que las muchas almas de la derecha se han convertido en nuevos partidos, uno más extremo que el otro, tanto así que la UDI se convirtió en el centro… un punto medio que, a veces, parece incomodar a Matthei, como a principios de este año, cuando calificó de inevitable el golpe militar de 1973 y relativizó los crímenes:

Era necesario. Si no, nos íbamos derechito a Cuba. No había otra alternativa”…

Yo lo que quiero señalar es que probablemente al principio, en 1973 y 1974, era bien inevitable que hubiese muertos, porque estábamos en una guerra civil”.

Evelyn Matthei, en Radio Agricultura – abril de 2025.

En un país donde la historia sobre el golpe y la dictadura no han cerrado del todo, ella sigue siendo la hija del General y, desde ese lugar reflota, de cuando en cuando, la compración con otra hija de General, a quien enfrentó en la presidencial de 2013, Michelle Bachelet. Y aunque ese cara y sello parece una cuestión permanente, en esta candidatura, paradojalmente, no es ella su principal escollo, ni siquiera lo es la representante del oficialismo, Jeanette Jara. Su mayor problema ha sido el «fuego amigo», los ataques de José Antonio Kast y Johannes Kaiser, candidatos de la derecha más dura.

En cada entrevista insiste en su experiencia, en su templanza, en su capacidad de gobernar con la cabeza fría. ¿Logrará convencer al electorado? Esa pregunta abre otras dos: ¿a cuál electorado: centro o derecha? Y, las más compleja: ¿le alcanzará el tiempo? Noviembre se acerca y aunque Matthei sabe correr (como evidenció alguna vez en un arrebato en cámara) la velocidad no le servirá de mucho. En este caso, ganar tiempo es dominar el difícil arte de controlarse a sí mismo.

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